SECCIONES DE LA COFRADÍA
La CRUZ GUÍA abre la procesión: réplica en tamaño pequeño de la Cruz de nuestra Imagen Titular. Es también una cruz IN MEMORIAM, con pequeñas chapas grabadas con los nombres de aquellos que fallecieron siendo cofrades. Aquellos que nos precedieron en la vida siguen acompañándonos en la procesión, con dos faroles a ambos lados que portan la luz de la esperanza.
ESTANDARTE de la cofradía, en terciopelo verde, con el escudo bordado en hilo de plata. Representa a la cofradía y recoge nuestros símbolos más queridos, especialmente el nombre de María Santísima, Madre de las Escuelas Pías. Es acompañado por los faroles guía.
La cofradía fue pionera en traer a Logroño los tambores de Semana Santa al estilo aragonés. Hoy la banda grande de la cofradía, fundada en 1966, compuesta por cajas y bombos, anuncia a los logroñeses con sus toques la llegada de la procesión. También resalta otros momentos importantes de la procesión: la predicación de las Siete Palabras, el indulto cuando se produce y la siempre impactante recogida de la Imagen en su sede. Por ser la subsección más antigua, a su frente desfila el estandarte de la Sección de Instrumentos.
El ESTANDARTE de la sección de instrumentos fue bordado en terciopelo verde e hilo de plata. Bendecido con ocasión del 50 aniversario de la sección. En la parte trasera lleva el nombre de Logroño, ya que se utiliza normalmente en las salidas de la banda a otras localidades.
Los cofrades más pequeños acompañan la procesión iluminándola con sus farolines y los mayores con sus faroles sobre vara. Su día es el Domingo de Ramos, cuando, portando palmas, acompañan a la procesión de la Borriquita de nuestros hermanos de la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén. Las varas recuerdan el tradicional bóculo o bastón del peregrino. La procesión es tambien un peregrinaje, pues implica abandonar la comodidad del hogar para llegar al encuentro con el Señor.
En la procesión de las Siete Palabras desfilan seis cruces de madera arrastradas por otros tantos penitentes, en relevos, que rememoran el camino de Jesús al Calvario.
Una cruz plana, portada por siete cofrades, recuerda la forma en que nuestra Imagen Titular procesionaba hace más de cincuenta años. Un centro de claveles rojos rememora la sangre de Nuestro Señor vertida en la Cruz por nuestra salvación.
Los Siete Palabreros, son estandartes que llevan bordadas las Siete Palabras de Cristo en la Cruz. Anuncian las meditaciones que serán efectuadas durante el transcurso de la procesión del Jueves Santo.
Cuarenta portadores, repartidos en ocho varas, llevan sobre sus hombros al Cristo de las Siete Palabras. En posición horizontal, ligeramente inclinado, la Imagen, obra del maestro D. Vicente Ochoa Moreno, recoge el momento en que Cristo es clavado en la Cruz. Un lecho de claveles rojos, que rememoran la Sangre de Cristo, acompañan al verde y blanco de la Cofradía.
En 1997 la cofradía cambió su forma de portar, abandonando las tradicionales horquillas castellanas. Desde entonces los portadores avanzan siguiendo el ritmo que les marca su propia banda, integrada por tambores, timbales y bombos. En el año 2008 nacio la sección de viento metal que posteriormente en el 2011 se incorporó la banda del paso , por lo que la cofradía fue la primera de Logroño en contar con una banda de trompetas y tambores propia para acompañar musicalmente el paso del Señor.
En el sequito procesional nos acompaña el antiguo estandarte del Colegio de Escuelas Pías de Logroño, cedido por la Asociación de Ex alumnos del colegio.
Data de los años 20 del pasado siglo, siendo más antiguo que nuestro actual Colegio, está dedicado a la Sagrada Familia y muestra el anagrama de la Virgen María, a la que tanta devoción profesó nuestro fundador, San José de Calasanz.
Nuestro Colegio Escolapio de Logroño surge como heredero de unas escuelas católicas nacidas con el nombre de Sagrada Familia. Estas escuelas surgieron gracias al patronazgo de las Señoras de las Conferencias de San Vicente y estuvieron en primer lugar, en la Calle Mayor, para posteriormente, pasar a la Calle Capitán Gaona (año 1913), lugar en el que por la mediación del matrimonio Morga-Rey Infante (nuestros promotores) y de Don Calixto Terés, Director del periódico católico Diario de La Rioja, se hicieron cargo de dichas escuelas, nuestros Padres fundadores, que heredaron la advocación de la Sagrada Familia y el antiguo Estandarte que sigue representándonos.
En el sequito procesional nos acompaña el antiguo estandarte del Colegio de Escuelas Pías de Logroño, cedido por la Asociación de Ex alumnos del colegio.
Data de los años 20 del pasado siglo, siendo más antiguo que nuestro actual Colegio, está dedicado a la Sagrada Familia y muestra el anagrama de la Virgen María, a la que tanta devoción profesó nuestro fundador, San José de Calasanz.
Nuestro Colegio Escolapio de Logroño surge como heredero de unas escuelas católicas nacidas con el nombre de Sagrada Familia. Estas escuelas surgieron gracias al patronazgo de las Señoras de las Conferencias de San Vicente y estuvieron en primer lugar, en la Calle Mayor, para posteriormente, pasar a la Calle Capitán Gaona (año 1913), lugar en el que por la mediación del matrimonio Morga-Rey Infante (nuestros promotores) y de Don Calixto Terés, Director del periódico católico Diario de La Rioja, se hicieron cargo de dichas escuelas, nuestros Padres fundadores, que heredaron la advocación de la Sagrada Familia y el antiguo Estandarte que sigue representándonos.
Cuando nuestro Colegio de la Sagrada Familia, pasó a sus actuales instalaciones de Doce Ligero, el Estandarte de nuestras primeras Escuelas se mantuvo como emblema del Colegio y fue custodiado con celo, hasta nuestros días. Nuestro deber es hacerlo llegar, con todo lo que representa, a las siguientes generaciones de escolapios logroñeses. Por ello, nuestra Cofradía de las Siete Palabras y del Silencio lo porta como uno más de sus atributos desde el año 2005.
Nuestras escuelas: de tambores (percusión) y trompetas (viento). La sección de instrumentos suena así de bien porque hay mucho trabajo y ensayos detrás. Todo comienza con unas baquetas, una boquilla, notas musicales y un parche de práctica, aprendiendo las marchas básicas. Muchos niños y algún adulto se aplican para luego poder acompañar a Cristo en su procesión. Esta labor sería imposible sin el compromiso de los profesores, voluntarios que se dejan horas y paciencia enseñando a los demás. Los peques de las escuelas tienen su día el Domingo de Ramos, cuando los tablerillos y boquillas dejan sitio a un tambor y una trompeta de verdad.